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Jerez de la Frontera, Cádiz, Spain

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La antigua Judería de Jerez de la Frontera








LA JUDERÍA DE JEREZ DE LA FRONTERA

Foto: A. Mariscal
            Jerez de la Frontera es una ciudad situada en el sur de España, a mitad de camino entre Sevilla y Gibraltar y a sólo 11 kilómetros de la Bahía de Cádiz. Con una población superior a los doscientos mil habitantes, es cabecera de una amplia comarca agrícola poblada de viñedos, que se extiende entre los ríos Guadalquivir y Guadalete hasta sus desembocaduras en el océano Atlántico. Ciudad internacionalmente conocida, entre otras cosas,  por sus afamados vinos y sus importantes ganaderías de caballos de pura raza española.

            Los orígenes de la ciudad de Jerez se pierden en la noche de los tiempos. Fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos, árabes y judíos dejaron su huella y su cultura en estas tierras. Importantes yacimientos arqueológicos como los de Mesas de Asta, Gibalbín, Doña Blanca o Alcántara así lo atestiguan. Si bien sus orígenes como ciudad en el lugar que hoy ocupa hay que datarlos en la época islámica, sobre todo en el período almohade, que es cuando se construye su extensa muralla defensiva y su Alcázar, alcanzando entonces gran importancia económica, cultural y estratégica..

            Hasta estos momentos no se ha encontrado ningún documento que pruebe la existencia de una aljama judía en la ciudad almohade (siglos XI al XIII),  y es muy posible que no la hubiera, dado el carácter fundamentalista de esta civilización islámica, tras de cuya invasión la población mozárabe de Jerez tuvo que convertirse al Islam o bien abandonar la ciudad, entre ellos su Obispo y sus clérigos que hubieron de huir  y refugiarse en Toledo.

            En mayo de 1264 la población mudéjar se revela contra el Rey  Alfonso X, y da muerte a toda la guarnición que custodiaba el Alcázar. La reacción del monarca no se hizo esperar. Poco tiempo después marcha con sus tropas hacia Jerez poniéndole cerco. Así, el 9 de octubre de ese mismo año entra con sus tropas por la puerta llamada de Rota, mientras por la del Real toda la población musulmana parte camino de su exilio hacia Tarifa o el norte de África, llevando solamente lo que pudieran cargar en sus asnos o mulos. De esta manera concluyen cinco siglos de dominación musulmana en estas tierras. A partir de ese momento la ciudad que fuera Sheris Sadunia queda en “frontera” y habitada sólo por una guarnición militar, así como unas escasas familias musulmanas que habían sido leales al Rey cristiano.

            Dos años más tarde la ciudad sería repoblada por más de un millar de familias procedentes principalmente de los reinos de Castilla, Navarra y León, también vinieron medio centenar de ellas del sur de Portugal, constituyendo estas el llamado barrio del Algarbe. A todas se les dan casas más o menos buenas en función de los servicios prestados a la corona.

            En esta repoblación también llegaron a Jerez 90 familias de origen y religión judías procedentes en su mayoría de Castilla así como de otras poblaciones andaluzas, las cuales se establecen en el interior del ángulo nordeste de la muralla, donde ocuparon casas y solares antes propiedad de los musulmanes. La mayoría eran artesanos y comerciantes. El Libro del repartimiento cita incluso algunos oficios, así vemos que hay un alfayate o sastre, un alamín o maestro de tejedores, un labrador y un carnicero entre otros. Este es un tema perfectamente documentado gracias a la existencia en los archivos municipales de la ciudad del anteriormente citado Libro del repartimiento, en el cual constan los nombres de todos y cada uno de los nuevos pobladores y la casa o el solar que les son adjudicados. Ello quiere decir que también están registrados los cabezas de familia judíos que en ese año de 1266 se asentaron en Jerez, así como la casa que les correspondió. En dicho manuscrito podemos leer que el reparto de inmuebles en la Judería fue de la siguiente manera: 7 casas buenas, 23 casas medianas, 77 casas pequeñas, 7 solares, 14 corrales y almacenes, 2 bodegas y 2 establos. Además se les entregó algunos edificios para uso común con destino a sinagoga, alhóndiga y casa de la merced donde dar albergue a judíos en tránsito o rescatados de la esclavitud.

            La judería jerezana fue durante el siglo XIII una comunidad de proporciones medianas, similar a las de Niebla, Écija o Baeza, sin que pudiera compararse en ese siglo con las de Sevilla o Córdoba. Pero la misma fue creciendo y se calcula que la Judería jerezana pudo albergar en el siglo siguiente hasta tres mil habitantes, ocupando una superficie de tres hectáreas. Por ello sus calles serían estrechas y abigarradas por las que no podrían cruzarse dos mulos cargados. Casas con su taller, tienda o comercio y habitaciones para la familia, así como un pequeño corral en su parte trasera donde criar gallinas, palomas o conejos para consumo familiar. Muchos de los habitantes de la aljama trabajarían fuera de ésta en distintos oficios, entre ellos se contaban los almoxarifes del Rey, encargados de recaudar los tributos. Todos ellos volverían a sus casas al caer la tarde, pues por la noche las puertas de la Judería eran cerradas hasta el amanecer. Como detalle curioso, la historia cita a varios judíos de profesión labrador, algo poco común, y es que en la zona de extramuros donde hoy se alza el barrio de San Pedro, además del cementerio o fonsario hebreo, había una buena extensión de tierra calma propiedad de algunos de ellos. La Judería por tanto debió de ser una ciudad autónoma en el interior de la propia ciudad de Jerez.

            Al parecer los judíos jerezanos eran, salvo alguna excepción, gente de clase modesta, ello se desprende del importe de sus impuestos con que contribuían a la Corona. Así por ejemplo, en determinados períodos Sevilla contribuía con algo más de cien mil maravedíes anuales; sin embargo, los judíos jerezanos con  la mitad de población lo hacían sólo con cinco mil.

            Poseyó la Judería de Jerez dos sinagogas, cuyos emplazamientos están perfectamente localizados, además de una alhóndiga y una madrasa anexa a una de las antes citadas sinagogas. Todavía a principios del siglo XIX podemos leer en el callejero local nombres como “Plaza de la Sinagoga”  o  “Calle de la Sinagoga”. Aún se conserva el nombre de Judería en una calle en la que existe un centro comercial y de eventos emplazado justo sobre lo que en otro tiempo fuera una de las citadas sinagogas. La otra, que estuvo situada a la mediación de la actualmente calle Álvar López, cuentan las crónicas, se hundió arruinada en 1479 y ya no se volvió a reconstruir.

            Para terminar diremos que, en el año 1483 llega a Jerez una orden para que todos los judíos salieran del territorio del Arzobispado de Sevilla al que pertenecía Jerez. Desde ese momento algunos judíos comenzaron a vender sus bienes por menos de la mitad de su valor. Para evitarlo, el Corregidor  dio una orden prohibiendo a todo cristiano comprar ninguna propiedad a los  judíos, con penas de azotes y cárcel al que lo hiciera. De esta manera se evitó que aquella pobre gente malvendiera sus pertenencias. Además el Ayuntamiento eleva un escrito al Rey exponiéndole el quebranto económico que supondría para la ciudad el cumplimiento de la orden de expulsión. El rey accede y da una prórroga de seis meses, cosa que no se cumplió y los judíos siguieron en Jerez  hasta su destierro definitivo en 1492.

            Actualmente la antigua Judería jerezana ocupa uno de los lugares más céntricos de la ciudad y, aunque no queda ni un solo vestigio de su pasado, conserva en parte su viejo trazado de calles estrechas y trazado irregular. Quizás algún día lleguemos a conocer los secretos que toda esa zona del corazón de la ciudad guarda bajo una tierra que, a lo largo de los últimos diez siglos, ha visto pasar sobre ella a tres civilizaciones.

Antonio Mariscal Trujillo
Centro de Estudios Históricos Jerezanos




Fuentes y bibliografía: Libro del Repartimiento de Jerez, manuscrito del siglo XIII, A.H.M.J. Muñoz Gómez, A. Nuevas memorias Judiegas, en El Guadalete, Jerez 1892. Ibídem, Noticia histórica de las calles y plazas de Jerez, Jerez 1903.  Fita Fidel, La Judería de Xerez, en El Guadalete, 1888. Ibídem, Xerez de la Frontera, su judería en 1266. SANCHO SOPRANIS, H. Historia Social de Jerez de la Frontera a fin de la Edad Media; CEHJ, Jerez 1959. González Jiménez  M. y González Gómez, A. Jerez de la Frontera en el siglo XIII. CE.H.J., Jerez 1988. Bellido Bello, J.F. ¿Por qué lloraron los judíos al abandonar Jerez.?  Publicaciones de la C.A.J., Jerez, 1995