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Jerez de la Frontera, Cádiz, Spain

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El ingeniero Antonio Gallegos, 1867-1932. El padre de la Vía Verde de la Sierra de Cádiz


       Un proyecto, una ilusión, un sueño acariciado durante más de medio siglo que nunca se hizo realidad: el Ferrocarril de la Sierra. Una aspiración que, de haberse materializado en su tiempo, hubiese hecho adelantar en medio siglo el desarrollo económico y cultural hacia la modernidad actual de las siempre deprimidas poblaciones de la serranía de Cádiz. Su artífice y promotor: el ingeniero jerezano Antonio Gallegos y Sánchez.

      Ameno conversador, amante de la ciencia y la cultura, constante impulsor de actividades culturales y de espíritu altruista, dijo en cierta ocasión, cuando le quisieron pagar las clases que impartía en el Instituto de Enseñanza Media, no comprender que lo que él enseñaba pudiese ser recompensado económicamente. Entusiasta propagandista de los vinos jerezanos, gozaba con su afición al estudio, cultivo y crianza de nuestros caldos. Fue un hidalgo caballero de otros tiempos, su ejemplar conducta profesional y su carácter afable, le hizo ganar la estima de todos los que le conocieron. Vivió en la calle Mora 8.

       En el año 1900, gracias a su tenaz iniciativa y el concurso de otros jerezanos como el marqués de Bonanza o el abogado Amalio Saíz de Bustamante, se constituyó en Jerez una sociedad denominada “Estudios del Ferrocarril de Jerez a Villamartín y Setenil”, iniciándose a continuación los oportunos estudios de viabilidad. Dichos trabajos fueron llevados a cabo por el propio Antonio Gallegos, para lo cual, y con los arcaicos y escasos medios de la época, recorrió palmo a palmo todo el futuro trazado, levantando planos, analizando suelos y contactando con los propietarios de las fincas afectadas de posible expropiación. La cabecera del trazado se situaría en Jerez y llegaría hasta Setenil, enlazando así las poblaciones de Arcos, Bornos Villamartín, Coripe, Algodonales y Olvera. La construcción, por la falta de medios económicos y numerosas vicisitudes, no pudo iniciarse hasta veintisiete años más tarde con el gobierno de Primo de Rivera, que hizo suyo el proyecto y le imprimió un gran impulso, aunque desgraciadamente no llegaría a concluirse. Los difíciles años de la República, la Guerra Civil y la posguerra, impidieron su terminación. Por fin en el año 1961 y en vía de ensayo, una locomotora hizo el trayecto desde Jerez hasta Arcos. Fue el primer viaje y también el último. La construcción del pantano de Bornos inundó kilómetros de vías, las estaciones fueron arruinándose y los terrenos devueltos a sus primitivos dueños. Así acabó aquel sueño de Antonio Gallegos. Gran parte del desmonte y terraplenado del trazado aún podemos verlo, se utiliza en la actualidad como incomparable vía verde para la práctica del excursionismo.

       Otros dos sueños de este jerezano sí llegaron a hacerse realidad: el Pantano de Guadalcacín, que puso en regadío miles de hectáreas de tierras, y la carretera de Jerez a Cortes, que estableció comunicación entre todo el ancho termino de Jerez enlazó esta última ciudad y su aislada comarca de la provincia de Málaga con nuestra ciudad. Antonio Gallegos fue el ingeniero de las fantasías; sin amigos, dinero ni influencias para realizarlas; siempre a solas con el delirio de un cerebro inflamado por su amor a Jerez que él llevaba en lo más profundo de su corazón.

      Falleció en Jerez, soltero y sin descendencia, a la edad de sesenta y cinco años. Hasta 1979 la actual calle Cartuja estuvo rotulada con el nombre de “Ingeniero Antonio Gallegos”, actualmente dicho nombre lo lleva una calle de nueva apertura al final de la de Arcos.

1 comentario:

  1. Interesante artículo, Antonio, escrito como sólo tú sabes hacerlo. Es un placer leer tu blog.

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